VorMel...

VorMel...
“Y vi a los siete ángeles que estaban en pie ante Dios; y se les dieron Siete Trompetas. Otro ángel vino entonces y se paró ante el altar, con un incensario de oro; y se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que estaba delante del trono. Y de la mano del ángel subió a la presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos. Y el ángel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y lo arrojó a la tierra; y hubo truenos, y voces, y relámpagos, y un terremoto.” (Apocalipsis8, 2-5) Los nombres de los siete ángeles son Miguel, Gabriel, Rafael, Uriel, Jofiel, Shamuel, Zadkiel. En la profecía, nadie habló de VorMel. O bien no es un ángel o bien tiene otra profecía que contar...

martes, 29 de diciembre de 2015

Sherlock Holmes y la francmasonería victoriana

Al hilo de nuestro anterior post, un amable lector de este blog nos ha remitido este artículo publicado originalmente en cadenaser.com y que procedemos a reproducir a continuación (las palabras resaltadas en negrita son mías). Tengan Vds. un Feliz Solsticio de Invierno.

Sherlock Holmes y la francmasonería victoriana

Hablar de la sociedad victoriana de finales del siglo XIX es hablar de la masonería. Su difusión gracias a la expansión económica del imperio británico supuso el caldo de cultivo para que muchos de los grandes protagonistas de la historia de aquella época estuvieran vinculados de una u otra manera a la masonería. Conan Doyle, creador de Sherlock Holmes, no fue una excepción.

La sociedad en la que se desarrollan las aventuras de Holmes (aquella en la que nació, se educó y vivió su autor) tiene una visión del mundo propia. Se trata de un imperio que desde su metrópoli exporta principios éticos mientas importa materias primas. Un código que valora por encima de todo la atemperación en las formas pero el extremo en los principios y las experiencias. Cuyos héroes reales y de ficción se caracterizan por sufrir tormento sin traicionar a sus compañeros manteniendo media sonrisa y sorna flemática. Capaces de arriesgar sus vidas en los fríos polares, las batallas más sangrientas y las selvas más alejadas.. pero llevando su Inglaterra donde vayan, vistiéndose para cenar y desplegando la loza en medio de la sabana para el té de las cinco o el champan en el polo para las celebraciones. Con clase. Con corrección y elegancia.

Mientras otros autores contemporáneos como Kipling fijan su atención en la faceta más aventurera del gran juego en tierras lejanas y exóticas, Conan Doyle representa la aventura cosmopolita y urbanita que se desarrolla en la gran metrópolis desde la que se gobierna el mundo. Y también lo plantea con sus personajes como un gran juego siempre a punto de empezar.

Conan Doyle y la francmasonería

Uno de los rasgos menos conocidos de la personalidad de este autor por el gran público español es su adscripción a la Francmasonería. Desvelar este dato ya es un spoiler en sí mismo respecto a la novela “Sherlock Holmes y el caso del mandil francmasón” así que para todo lo relacionado con este tema me remito a la tesis que en ella sostengo a través de mis personajes. El lector de este texto habrá de dirigirse a ella si quiere saber más sobre este interesante tema. (Nota mía: no he sido capaz de encontrar un enlace a esta tesis, por lo que me disculpo)

La pertenencia a la masonería era para un británico “de pro” en plena época victoriana (en la que el propio príncipe Eduardo era cabeza de la orden) una derivada lógica.

La masonería moderna había nacido en Londres en 1717 y se había extendido rápidamente acompañando al imperio en su crecimiento como parte misma del fenómeno. Curioso ejercicio de laboratorio en el que para huir de la separación de clases se establecían marcadas jerarquías internas, para tratarse con tolerancia de iguales sin la diferencia enfrentadora de las religiones se fijaban rituales y liturgias milimétricos, en el que para salir de la ahogante sociedad victoriana excesivamente formalista y pacata enamorada de sí misma hasta el punto de crear una cierta idealización romántica fantástica y autocomplaciente con sus súbditos, se creaban ambientaciones teatrales y cargadas de un rico simbolismo proveniente del mundo de los obreros y la construcción de las catedrales góticas. Paradoja la de una orden que nace para permitir a sus miembros ejercer el librepensamiento y la ayuda mutua extendiendo por el mundo principios e ideales liberales y que servirá en su devenir a revoluciones burguesas (Francia, Estados Unidos, Sudamérica, Cádiz) pero que termina siendo uno de los mayores símbolos de la época victoriana e imperial.

En aquella época cada pequeña localidad y regimiento por todo el imperio contaba con su propia Logia en la que los hombres departían libremente fuera de las estrictas normas de clase de la sociedad “profana”, convivían socialmente, se relacionaban como iguales, desarrollaban su comunidad, ejercían la caridad y la tolerancia mutua, construían en paralelo su propia individualidad reforzándose entre ellos su visión personal y su sentido de ayuda, fraternidad y hermandad.

Ese rasgo de iniciadora y de vigilante de la pureza de los comienzos hizo que la masonería británica tuviera en su evolución caracteres propios y reconocibles. No es el menor de ellos el elitismo de arrogarse el derecho de dar carta de legalidad (regularidad) a las “verdaderas” masonerías que vayan apareciendo por el mundo. El intento de alejarse ante los poderes políticos, religiosos y económicos, de la visión de revolucionaria que en otros países empezó a tener gracias a las posibilidades que el secretismo de sus juramentos permitía a los conspiradores, también contribuyó a hacer de la masonería de corte inglesa una hermandad más conservadora y volcada en los aspectos menos “sociales” a cambio de ejercer la caridad paternalista de los pudientes que en ella se reunían a modo de club. Otros derroteros siguió la masonería de cortes francés y alemán a partir de aquel momento.

 (Juan Antonio Espeso, maestro masón en la Gran Logia Simbólica Española)

viernes, 11 de diciembre de 2015

Relatos de sangre y misterio, de Arthur Conan Doyle

Los académicos especialistas en literatura gótica no suelen considerar, por lo general, la obra de Arthur Conan Doyle como "gótica" sino que más bien la encasillan en una pre-novela negra, de tramas detectivescas y de misterio.

De la complejidad de considerar a Sir Arthur como escritor gótico ya hablamos en esta entrada:  pero, por otro lado, habría que considerar notables excepciones como "El Sabueso de los Baskerville" y el libro que acabo de terminar, "relatos de sangre y misterio".

 "Pienso" que se trata de una compilación "de editorial" de relatos cortos, es decir, no prevista por Conan Doyle sino que sería alguna editora la que decidiría unirlos en un sólo volumen. Y confieso que, en este punto, he tenido muchas dudas pues, por un lado, la Wikipedia incluye este libro como formando parte de la obra del autor, bajo el título "Tales of terror and mistery", publicado en 1923, pero no así la propia Wikipedia bajo la voz "Arthur Conan Doyle bibliography", donde ni siquiera la nombra en el apartado de relatos cortos (Short story collections). De ahí mi opinión de que sea una "compilación de editorial", además de por el hecho de que, aunque los relatos tienen algo en común (historias de misterio aparentemente inexplicables), sin embargo, se nota que es una compilación "artificial". Pero, como sigo teniendo dudas, si algún amable lector tiene otra información, le agradecería mucho que la compartiera conmigo.

 Las historias que contiene son:
  • El tren especial desaparecido, 
  • El cazador de escarabajos, 
  • El hombre de los relojes, 
  • La caja lacada, 
  • El doctor negro, 
  • El racional del judío, y 
  • La habitación de pesadilla. 
El problema de calificar como "gótica" cualquier obra de Arthur Conan Doyle se debe a que, al final, todo tiene solución racional. Ya puede describir un castillo fantasmal, una abadía en ruinas, un sabueso que surge en el páramo con niebla, un toque de erotismo larvado (o sin larvar), un antiguo manuscrito que su descubrimiento cambiará para siempre la vida de los protagonistas... finalmente, los fantasmas, monstruos o desapariciones tienen una explicación y una explicación muy racional del tipo "dos y dos son cuatro". Es por ello que, insisto, los especialistas en goticismos (esos señores tan serios y tan graves, que deciden qué novelas son góticas y cuáles quedan excluidas de tan selecto club y que, periódicamente son invitados a las Semanas Góticas de Turín, Madrid o de la capital de Benin Dahomey para hablar -al lado de los editores- de sus libros y revistas y que, sin duda, deben ser calificados de "góticos").

¡Pues no señora! Si hay algo que llevo defendiendo en este blog desde el principio es que, salvando una serie de elementos básicos, es uno mismo, atendiendo a las sensaciones que le provoca la novela en cuestión, quién debe decidir sobre su goticidad. No es fácil, pero resulta muy interesante. Y, sobre todo, basta ya de pretender elevar a la novela gótica a los ámbitos universitarios y académicos para darla un pretendido prestigio porque lo gótico, o es popular, o no es. De la aristocracia, señora, nos quedamos únicamente con su estética y sólo si, finalmente, condes duques y barones se alimentan de sangre, pactan con el Diablo, o son presas de una eterna juventud, mientras esconden afanosamente el retrato de su alma.

Pero creo que me he ido un poco del tema... Volviendo a los relatos de sangre y de misterio, ¿por qué sospecho que tienen elementos góticos tan potentes? Pues, sencillamente, porque en el desenvolvimiento de la acción, el magistral Sir Arthur lleva al lector a una situación de misterio, de temor, de "uncunny" (tráeme la rebequita que me la echo por los hombros). Sea por el caserón donde tiene lugar la acción, sea porque en el corazón de Inglaterra la niebla se levanta y el lector parece visualizar como avanza, sea porque inicialmente nuestra razón no ve otra salida que afirmar que el embrollo se debe a un ser fantasmal... sea por lo que sea, estas obritas están impregnadas de goticismo. De acuerdo con que, finalmente, todo tiene una explicación racional, pero es el desarrollo lo que deseo remarcar. ¿Quién dijo que, muchas veces, en la vida lo que importa no es el destino sino el camino?

Algunos echarán de menos un fantasma, vampiro o monstruo espectral pero, como decía Joseph Conrad "la creencia en una fuente sobrenatural del mal no es necesaria; el hombre por sí mismo es capaz de cualquier maldad".

No voy a hacer un resumen de los relatos contenidos en el libro pues, cualquier comentario en ese sentido, podría estropear su lectura. Eso sí, de todos ellos, deseo recomendar especialmente el de "la caja lacada" pues creo que es en el que más fácilmente se puede percibir las notas que antes voy comentando.

Saludos y buen fin de semana.

martes, 8 de septiembre de 2015

Doctor Sueño, de Stephen King

      ¿Quién se atrevió a afirmar que Doctor Sueño es la segunda parte de El Resplandor? ¿Quién? ¿Qué inepto crítico literario, de esos que rebuscan y entrebuscan palabras raras e ideas originales para sus artículos trató de relacionar Doctor Sueño y El Resplandor? ¿Qué prostituto vendido a alguna casa editorial intentó colocarnos la idea de que Stephen King, con esta obra, se reconcilia con la literatura gótica?

      Y ¡ojo! no digo que la novela sea mala. Es más, seguramente, guste mucho a los fans incondicionales de Stephen King. Simplemente digo que ¡no! Doctor Sueño no es la segunda parte de El Resplandor por más que, eso sí, utilice algunos de sus personajes. ¡Lo sé! ¡Lo sé! La práctica totalidad de críticos y blogueros ven una segunda parte pero, adonde yo quiero llegar, es que Doctor Sueño no es, ni por asomo, una novela gótica, mientras que El Resplandor, con los matices que apuntamos en su comentario, sí que lo es.

 Hagamos una breve sipnosis:

       Danny Torrance, aquel niño del Hotel Overlook de El Resplandor, es ahora un adulto alcohólico y obsesionado por los hechos vividos en su infancia, si bien cada vez más consciente de que tiene el don de "el resplandor". Cierto día se siente atraído por una ciudad de New Hampshire, donde encontrará trabajo en una residencia de ancianos, se asentará un poco y comenzará a frecuentar las reuniones de Alcohólicos Anónimos. En ese lugar le llega la visión de Abra Stone, una niña que necesita su ayuda. Y es que, es perseguida por una tribu de extrañas personas, denominadas a sí mismas "el Nudo Verdadero", que viven en autocaravanas y que, gracias a la absorción de "el vapor" adquieren cierta inmortalidad. Este vapor lo obtienen mediante un proceso que pasa por torturar niños con el don del resplandor. Parece ser que el resplandor de Abra tiene tanta fuerza que les podría mantener vivos durante mucho tiempo. Danny sabe que sin su ayuda Abra nunca conseguiría escaparse de ellos y juntos emprenderán una lucha para acabar con estos seres.

 Echemos un vistazo a los personajes principales:

 - Dan Torrance (ya no Danny, sino Dan) ha sido imaginado como el resultado del crecimiento y madurez de un niño atormentado por los hechos de que fue protagonista, al lado de una madre un poco paranoica. Aplicando una psicología barata el resultado es este Dan: alcohólico, descentrado, con frecuentes recuerdos del pasado pero, a su vez, con ánimo de salir adelante, lo cual se refleja en su búsqueda de trabajo, su alistamiento a Alcohólicos Anónimos y su ayuda a los demás, por delante de lo que su trabajo le pide.

 - Abra Rafaela Stone. niña que posee un resplandor intenso, que le permitirá ver que otros niños idénticos están siendo secuestrados, torturados y asesinados por un grupo de personas malignas (el Nudo Verdadero). Ella misma será objeto de persecución.

 - Rose la Chistera: lidera el Nudo Verdadero. De su boca, cuando toma el vapor de los niños, sale un único diente, que se asemeja a un colmillo. Posee una gran fuerza mental con la que interfiere en los pensamientos de Abra.


       Dejando una crítica literaria más exhaustiva para otros críticos (profesionales o no) voy a centrarme en un análisis de la posible goticidad de esta obra. ¿Es gótico "Doctor Sueño"? ¿Podríamos, en un esfuerzo sobrehumano y muy generoso vislumbrar algún atisbo gótico? Veamos.

       De entrada, lejos está de la atmósfera de El Castillo de Otranto y los Misterios de Udolfo. En esto no cabe discusión pero es más, si de atmósfera hablamos, también el ambiente está alejado del Hotel Overlook de la novela El Resplandor. Y es que, por mucho que lo intentemos, una autocaravana, no es el mejor lugar para una novela gótica.

       Por otro lado, en Doctor Sueño nos cuesta encontrar inspiración en otras novelas, bien del gótico puro, bien de obras clásicas. Y esta es, para mí, una de las principales diferencias con El Resplandor. Vimos que ésta obra nos puede evocar al Castillo de Otranto e, incluso, a Drácula. Pero no, en Doctor Sueño no apreciamos ninguna inspiración.

       Faltan elementos arquetípicos básicos de las novelas góticas: un manuscrito antiguo, un toque erótico (lo siento pero el colmillo y la chistera de Rose no nos ponen), un laberinto, un doble ( dopplegänger)...

       Punto importante. Falta el terror y falta la sensación de "uncanny" (siniestro y escalofriante). Y este es, para mí, el punto decisivo y, ya de paso, la principal crítica que hago a Doctor Sueño. Esta obra no provoca terror o, al menos, terror al modo que provocaba el Hotel Overlook a Danny Torrance. La invención del Nudo Verdadero, podría darnos una sensación de pánico por sus acciones bárbaras pero... Stephen King no ha sabido exprimir bien estos seres malignos... que luego resulta que son bastante vulnerables y, ellos mismos, empiezan a morir a causa de ¡¡el sarampión!! Y es este punto, ¡error garrafal! que nos lleva a evitar compararles con, por ejemplo, unos vampiros o unos monstruos. El Nudo Verdadero no provoca terror sino que no son más que unas mamarrachas viajando en autocaravana. Lejos estamos, pues, de ese terror absoluto de El Resplandor. Lejos estamos de ese "uncanny" que siempre debe estar presente en la novela gótica.

      No. Doctor Sueño no es una novela gótica. Y, con estas palabras, no crean que les estoy desanimando a leer Doctor Sueño pues no es una novela mala. Desde luego, está muy por encima de la "literatura de aeropuerto" (la expresión se la he copiado a Marjorie Aljach, directora de la Semana Gótica de Madrid). La novela les podrá entretener y gustar en la línea Stephen King. No les desanimo, pero mi labor, al menos en este blog, es afirmar que Doctor Sueño no es digno sucesor de El Resplandor. Al menos, góticamente hablando.

miércoles, 18 de marzo de 2015

El Vampiro, de Polidori

Descubir esta novela, muy anterior al Drácula de Bram Stoker, fue una sorpresa, pues me llevó a comprender que "hay vida más allá de Anne Rice". Aviso, por tanto, para navegantes: los que leais esta novela de Polidori nunca más, repito nunca más, volveréis a caer en las garras de la Rice, ni en sus ocurrencias neo-vampíricas.

El autor

John William Polidori (1795-1826) no era escritor; de hecho, fue médico y amigo de Lord Byron, con quien acudió en 1816 a Villa Diodati, cerca de Ginebra, a pasar unos días. Allí recibirían como invitados a Percy Shelley, su mujer Mary Shelley, la hermanastra de ésta, Claire Clairmont, una tal condesa Potocka y a Matthew Lewis... sí, habéis adivinado, el autor de "El Monje".

Fue un verano tormentoso y la noche del 16 de junio de 1816, no pudiendo salir de la villa, se pusieron a leer un libro de Polidori titulado Phantasmagoriana y alquien tuvo la feliz idea de proponer que cada uno escribiera una historia de terror. De ahí surgirían el "Frankenstein", de Mary Shelley y "El Vampiro", de Polidori. Nadie más concluiría su labor. Lord Byron esbozaría un relato titulado "El entierro", pero que quedaría inacabado.

Parece ser que Polidori intentó dedicarse a la literatura, pero con excaso éxito. Byron terminaría humillándolo y la relación de ambos terminaría pronto. No se sabe exactamente qué motivos le llevarían a suicidarse con 26 años pero sí es cierto que el sucidio le coronaría como prototipo de caballero de la época del romanticismo. Sí que se sabe que, tras ser despedido por Bayron y retornar a Inglaterra, intentó ser admitito en un monastario con intención de recluirse, pero el prior -conocedor de los escándalos vividos en compañía de Byron- se lo desaconsejó ¿no es romántica su vida?. Se han perdido los diarios de viaje que escribió en compañía de Byron porque la tonta de su hermana los quemó por miedo al escándalo.

El Vampiro 

No sería hasta tres años más tarde de su redacción, en abril de 1819, en que la novela sería publicado en la New Monthly Magazine que, por error, lo atribuiría a Lord Byron. Nuevo disgusto, pues tardaría tiempo de deshacerse el equívoco.

Y, sin embargo, Polidori tiene una importancia trascendental en la historia de la literatura vampírica. y es que, hasta entonces, el vampiro, ser monstruoso, legendario, y que ya habría hecho sus apariciones en el mundo greco-romano, eslavo -por supuesto- e incluso en China, ese monstruo pasa, con Polidori, a "aristocratizarse", a aparecer como un gentleman. El vampiro deja de ser un monstruo y se convierte en un caballero, con sus peculiaridades, sí, pero un caballero capaz de frecuentar salones, viajar en carroza de caballos, vestirse como un dandy, enamorar a hombres y mujeres y despertar pasiones. Y estas características, sin duda, influirían en el Drácula, de Bram Stoker y en el imaginario romántico posterior que vería a los vampiros, lejos de algo monstruoso, como seres admirables.

El vampiro también tiene algunas similitudes con la obra de  Goethe La novia de Corinto, pero este en versión femenina. Parece ser, además, que Polidori se documentó en un libro de Augustin Dom Calmet (1672–1757) llamado Tratado sobre los vampiros (Treaty on Vampires, undead and Revenants). Por lo demás, el estilo es algo infantil, obviamente se nota que Polidori no era novelista más que por afición e, inevitablemente, pone el cándido final pone una sonrisa en nuestros labios cuando se ve obligado a aclarar que todo lo sucedido se debió a "un vampiro".

El argumento parece algo confuso: Aubrey, un joven inglés, conoce a Lord Ruthven, un hombre de origen misterioso que ha entrado en la sociedad londinense. Aubrey acompaña a Ruthven a Roma, pero lo deja después de que Ruthven seduce a la hija de un conocido mutuo. Aubrey viaja a Grecia, en donde él se siente atraído a Ianthe, la hija de un posadero. Ianthe le dice a Aubrey sobre la leyenda del vampiro. Ruthven llega a la escena y poco después Ianthe es asesinada por un vampiro. Aubrey no conecta a Ruthven con el asesinato y se vuelve a reunir con él en sus viajes. La pareja es atacada por bandidos y Ruthven es herido de muerte. Antes de morir, Ruthven hace que Aubrey jure que no va a hablar de su muerte ni cualquier otra cosa relacionada con él por un año y un día. Aubrey regresa a Londres y se sorprende cuando Ruthven aparece poco después, sano y salvo. Ruthven le recuerda a Aubrey su juramento de mantener su muerte en secreto. Ruthven entonces comienza a seducir a la hermana de Aubrey. Éste incapaz de proteger a su hermana, tiene una crisis nerviosa. Ruthven y la hermana de Aubrey deciden casarse el día en que termina el juramento de Aubrey. Justo antes de morir, Aubrey escribe una carta a su hermana revelándole el secreto de Ruthven, pero no la carta no llega a tiempo y Ruthven logra casarse con la hermana de Aubrey. En la noche de bodas, la descubren muerta, sin sangre - y Ruthven ha desaparecido.

¿Novela gótica o novela no gótica? 

En el Vampiro faltan algunas de las características básicas de la novela gótica: la trama no gira en una localización medieval, ni en una edificación tipo castillo o abadía. Sí que es una trama hija del romanticismo y no faltan las crisis nerviosas en las pocas damas que salen... esas "enfermedades góticas" tan maravillosas...El elemento sobrenatural, sin duda, está presente en la misteriosa figura del vampiro, Lord Ruthven, de quien nadie sabe de dónde viene ni adónde irá. Hace, eso sí, acto de presencia en los mejores salones de Londres encandilando a todo el mundo -erotismo larvado-. Y, bueno, sí, concedámoselo, provoca en el lector un ligero "uncanny", especialmente cuando imaginamos esos "áridos páramos de Grecia" y quién o qué pueda salirnos al encuentro de nuestra carroza. Por cierto, que el viaje, para el joven Aubrey, tiene toda la pinta de un viaje iniciático, pues no va a ser nunca más el mismo. Profunda simbología.

Justo es decir, a favor de Polidori, que influyó mucho en la literatura posterior dedicada al tema vampírico a través de la figura de Lord Ruthven, que serviría de inspiración para muchas novelas y relatos de vampiros posteriores, como Carmilla (1872) de Sheridan Le Fanu, El vampiro (1851) de Alejandro Dumas (autor éste también de La dama pálida y que se inspiró en la figura de Lord Ruthven para su novela El conde de Montecristo) y Berenice de Edgar Allan Poe, al igual que influyeron en Gogol y en Tolstoi (La familia del vurdalak) y, sobre todo, en Drácula de Bram Stoker.

Sólo por eso, esta novela bien merece la pena ser leída y considerada en nuestra lista de novelas de literatura gótica.


viernes, 6 de marzo de 2015

El resplandor, de Stephen King

Leer esta novela requiere hacer el gran esfuerzo de olvidarse de la película, del mismo nombre, de Stanley Kubrick (1980). Es difícil porque es una de esas películas de culto en la que la trama, los personajes´, las muecas inquietantes de Jack Nicholson... las dos niñas-hermanas, el hotel... han quedado grabadas en la mente de los espectadores.

Intentemos olvidar la película aunque, inevitablemente, una y otra vez hagamos comparaciones, aún en los mínimos detalles... ¿por qué si Stephen King insiste una y otra vez en describir a Wendy como de pelo rubio, Kubrick va y nos planta a una morenísima Shelley Duvall?

La respuesta vaya en la línea, quizá, de que King quedó muy decepcionado con la adaptación de su novela a un guión con importantes diferencias y con el que Kubrick deseo marcar distancias, aún en detalles nimios.

El autor.

Pero hablemos primero de Stephen Edwin King. Nacido en Maine, 1947, es conocido como un famoso escritor americano de novelas de terror, muchas de ellas superventas. Carrie, El resplandor, It, Cementerio de animales, Misery, El misterio de Salem's Lot... muchas de ellas llevadas con mayor o menor acierto al cine.

Aficionado a escribir ya desde niño, se licenciaría en arte en inglés y obtendría un certificado para poder enseñar en secundaria, pero nunca dejaría de escribir, bien relatos cortos, bien en columnas de revistas diversas. Los comienzos fueron duros y él y su familia vivirían en condiciones precarias. Parece que fue entonces cuando comenzó en él un incipiente alcoholismo que, entre los 70s y 80s se convertiría en crónico, junto al consumo de otros estupefacientes. Este dato es importante porque le permitirá definir muy bien el personaje de Jack Torrance en El Resplandor.

Su estilo es bastante informal, y él mismo se refiere a sus fans como "lectores constantes" o "amigos y vecinos". Este estilo contrasta con los oscuros temas de sus historias y, esto es lo que caracteriza su novela.  Por ello, su estilo suele gustar y refleja su propia técnica de redacción, descrita en su libro "On Writing: A Memoir of the Craft" ("Mientras escribo"), escritura de gran longitud y profundidad en el que, para que las historias sean buenas, es mejor crear una pequeña "semilla" y dejar que la historia crezca y se desenvuelva desde ahí. Generalmente, afirma, empieza sus historias sin saber cómo terminarán.

Los estudiosos de Stephen King han querido, o sabido, encontrar una importante influencia en él de H.P. Lovecraft y de Edgar Allan Poe. De Lovecraft ha adoptado la técnica de conectar varias historias de sus libros, utilización de recortes de periódicos como material de documentación y el uso de pueblos ficticios, si bien sus novelas, a diferencias de las de Lovecraft, suelen tener un "final feliz". Más claras serán las influencias de Poe a quien, sin mayores remilgos, parafraseará en novelas como El Resplandor o El Cadillac de Dolan.

El Resplandor.

Y ahora, vayamos directamente a la novela. Publicada en 1977, parece ser que el título se inspiró en la canción de John Lennon "instant Karma!", que contiene la estrofa "we all shine on". Y aquí nos surge el primer problema con la traducción de esta novela al español: si en inglés continuamente habla, en el título y a lo largo de la novela de "the shining", ¿por qué en español el título es "el resplandor" pero después, en el desarrollo, habla de "esplendor"? No he logrado encontrar la respuesta y quizá, me temo, sea una cuestión de marketing... una novela titulada "el esplendor" no vendería...

El argumento está muy bien construido y la trama excelentemente ambientada. Si bien hay quien critica a King por no ser un gran prosista hay que reconocer que hila muy bien sus historias dotándolas de solidez. El autor traza un plano perfecto del hotel y, leyendo El resplandor, es difícil no imaginarse paseándose por sus pasillos, bailando con los espíritus en el salón-comedor, o huyendo de Jack Torrance, quien quiere reventarte la cabeza con un mazo de roque (croquet).

Los personajes

En esta novela, King nos muestra a una familia con ciertos problemas, pero en la que todos se quieren y en la que todos se preocupan los unos por los otros. Para que comprendamos las razones por las que cada personaje actúa como actúa, es necesario que sepamos su historia, por lo que han pasado, lo que les ha marcado... En El Resplandor no existe la palabra simple, todos los personajes están dotados de una complejidad psicológica tal, que es inevitable que despierte nuestra capacidad de analizar, opinar, ponernos a favor o en contra, opinar, descartar...

Sin duda, el gran personaje de esta novela es el Overlook, un hotel que esconde mucho más de lo que parece, donde empleados han visto cosas inexplicables, y en el que, al llegar, Danny verá cumplirse sus terribles premoniciones.

- Danny Torrance o, sencillamente, "Danny"  es el hijo de Jack y Wendy. Tiene el don del'esplendor,' que le permite detectar espíritus y así se convierte en un objetivo del Hotel. También le permite ver el pasado y el futuro a través de su guía, Tony quien, al comienzo ,es un amigo imaginario, luego es miedo, y finalmente una fuente de poder. Consciente Danny de que es un niño "distinto" intentará por todos los medios ayudar a sus padres, pero ¿qué puede hacer un crío de cinco años?

- Jack Torrance, el padre, es un alcohólico recuperado y escritor al principio de su carrera. De personalidad complicada, tendrá accesos incontrolados de violencia contra un alumno -lo que le costará su puesto de trabajo- e incluso su propio hijo. Jack es un hombre que se ve abrumado por las culpas que le acompañan desde hace años. Su pasado le persigue cada vez que ve a su mujer o a su hijo, a quienes ha hecho sufrir con sus ataques de ira o su alcoholismo.

- Winnifred Torrance, "Wendy", es la esposa de Jack y madre de Danny. Es una mujer fuerte, ella permaneció al lado de Jack en su alcoholismo y la lucha en el Hotel, pero se obliga a luchar por su hijo y por ella cuando Jack es obligado a beber y es poseído por el Hotel.

- Dick Hallorann, chef del Hotel Overlook, comparte 'el esplendor' con Danny. Dick es llamado telepáticamente por Danny al hotel, y casi es asesinado por Jack con el mazo de roque. Al final de la novela, Dick ayuda a Danny y Wendy a escapar.

- Otros personajes secundarios:
       o Stuart Ullmann: director del hotel. Engreído hombre, orgulloso de su cargo y del hotel. Desconfía de Jack, pero le ha sido recomendado y necesita a alguien que acepte pasar aislado el invierno en él.
       o Watson: encargado de mantenimiento que muestra el hotel a Jack.
       o Al, Albert Shockley: propietario del hotel, antiguo compañero de alcoholismo de Jack con quien, borrachos, atropellaron a un ciclista, dándose a la fuga. En cierto modo, se siente obligado a apoyar a Jack y darle una oportunidad.
       o Delbert Grady: antiguo guarda del hotel que mataría a su familia, suicidándose después.
 
El Resplandor, una novela gótica ¿sí o no?

Cuestión ampliamente debatida en la sesión del Taller de Mirari Bueno. La propia Mirari reconoció que le pareció más "gótica" la adaptación al cine de Kubrick. Un compañero apuntó que en la novela falta el elemento "misterioro" y que todos los hechos aparentemente paranormales bien pudieran interpretarse desde la psiquiatría como delirios colectivos provocados, bien por el complejo historial psicológico de cada personaje, bien como consecuencia de un forzoso encierro en un gran caserón durante muchos meses, aislados por la nieve. Buena aportación.

Personalmente, prefiero una interpretación más "simple". Considero que el autor quiere transmitirnos lo que nos transmite en una primera lectura: más allá de la materia existe otro mundo "desmaterializado", con capacidad de influir en el nuestro. Nuestro comportamiento, bueno o malo, va a dejar impregnadas en un "éter" buenas o malas energías o, si lo preferís, vibraciones, que pueden manifestarse en el tiempo como espíritus, fantasmas, íncubos, súcubos y demás legiones de seres desencarnados. Y, claro, hay personas con una sensibilidad tal que las hace capaces de percibir esas manifestaciones, personas dotadas del don del esplendor o, en palabras cotidianas, mediums.

Pero dejemos las creencias personales y analicemos si en esta novela contiene las características básicas de una novela gótica. De entrada, debo decir que, siendo una novela publicada en 1977 y ambientada en 1976-1977, me resisto a calificar de “gótica” una novela que, difícilmente, evoca un paisaje medieval de misterio. Con todo, hay que reconocer el "guiño" que el autor ha sabido hacer a dos de las novelas góticas clásicas más importantes:

  • El Castillo de Otranto, de Horace Walpole. Leer la descripción del hotel, lugar aislado del resto del mundo, sus pasillos, sus sótanos, sus vericuetos... nos lleva a pensar en la descripción del interior del castillo de Otranto.
  • Drácula, de Bram Stoker. Sí, sí. ¿No empieza "Drácula" también con una entrevista al candidato a un trabajo -Jonathan Harker-, que debe viajar lejos de su entorno natural para alojarse durante una temporada en un lugar aislado, misterioso y peligroso? Inevitablemente la entrevista de trabajo de Jack, para el puesto de guarda del hotel, lejano y misterioso, nos evoca aquél otro... 
Veamos ahora qué características propias de las novelas góticas puede tener:

- La trama se desenvuelve en un hotel abandonado (abandonado en invierno) que bien podría ser la versión moderna de un castillo o abadía. El hotel además está “encantado” pues está habitado por una serie de fantasmas o espíritus consecuencia de unos hechos horribles que tuvieron lugar en el mismo: crímenes, asesinatos, etc.
- Por tanto, hay un misterio que se sitúa más allá del mero terror. Son misteriosas las apariciones, la mujer ahogada de la habitación 217, los setos con forma de animal del jardín, la “presencia” que persigue a Danny en el jardín infantil...
- El típico manuscrito de las novelas góticas aparece aquí en forma de álbum de recortes y fotos de la historia del hotel. Jack descubre aquí el pasado del hotel, sus diversos dueños, el glamour y la decadencia, los hechos…
- Un cierto toque erótico está presente a lo largo de la novela: el reloj, la fiesta en el hotel “quitarse las máscaras”, en los pensamientos de Jack.
- El elemento típico de la novela gótica, el laberinto, está presente en el diseño del hotel, de los jardines, etc. Este recurso a la simbología clásico será más evidente en la película de Kubrick, quien prescindirá del jardín de setos con forma de animalitos por un laberinto vegetal.
- El tema del doble, doble conducta de Jack, que nos recuerda al gótico tradicional de, por ejemplo, del Dr. Jeckyll y Mr. Hyde ("doppelgänger", que llaman los estudiosos).
- Por último, y como elemento definitivo, ¿está presente el "uncanny" o esa sensación de algo siniestro y escalofriante? En otras palabras, ¿se tiene uno que echar la rebequita por los hombros cuando lee El Resplandor? Sin duda, aunque también hay que percatarse que el autor, sabiamente, ha sabido recurrir a dos elementos "intensificadores" del terror: uno, el niño, pobrecito él, desamparado en un mundo cruel. Dos, el frío, las tormentas de nieve que llevan a imaginar "lo bien que se está dentro de casa y lo desapacible que se está fuera". Ahora bien, el terror en esta novela, ¿es "uncanny" o es un terror provocado por el suspense?

Dejo, pues, a vuestra discreción decidir si esta novela es gótica o no lo es.

miércoles, 4 de marzo de 2015

El Monje, de Matthew Gregory Lewis

Esta novela fue escrita por  Lewis, escritor británico nacido en 1775, a la edad de 19 años y siendo ya miembro del Parlamento y dedicado a la carrera diplomática. Se dice que tardó sólo diez semanas en escribirla. Sería publicada en 1796, lo que nos llevaría a encuadrarla en la etapa preliminar de la literatura gótica. Como curiosidad, señalar que Lewis ambientó su novela en España, sin haber visitado nunca este país, basándose únicamente en los relatos de viajeros con quienes departía en Holanda. Con todo, se aproximó mucho a la situación social, urbana y religiosa de la España de la época. Este recurso imaginativo, nos lleva a pensar en nuestra admirada Ann Radcliffe que, en "Los Misterior de Udolfo" describiría un recorrido pormenorizado por el Languedoc francés, la Provenza y el norte de Italia, lugares que nunca visitó.

Lewis no firmaría con su nombre la primera edición de El Monje, en parte consciente de la gran crítica que, en ella, realiza a la hipocresía de la Iglesia; en parte, por la poca consideración que tenía la "novela gótica" en la época. Sería en posteriores ediciones que, dado el éxito y habiendo suavizado la redacción inicial, aparecería su nombre real.

No es fácil hacer una sinopsis breve de esta gran novela. En un muy resumido "resumen" diríamos que la novela nos presenta a un monje español, Ambrosio, religioso virtuoso y elevado y muy venerado por el pueblo gracias a su locuacidad. Esta "santidad en vida" será, sin embargo, ocasión de caída en la ¡ay! más sutil y poderosa de las tentaciones. No, no hablamos del sexo, sino del orgullo y vanidad, antesala del resto de desórdenes. Y, así, una vez que el demonio tiene acceso al religioso por su caída en la vanidad, lo demás será "pan comido": primero Matilda y sus seducciones carnales, Luego, cuando aquella tentación queda satisfecha, se obsesionará por la inocente Antonia, desafortunada dama que terminará sus días bajo la condena hipócrita del Monje. Ambrosio peca, sí, pero a la vez juzga y castiga los "errores" de los otros, como hará cruelmente con Inés... Finalmente, Ambrosio, condenado a morir en manos de la Inquisición, consigue escapar al castigo a costa de vender su alma al demonio.

De por medio, como sucedía en muchas novelas de la época, se cruzan otras historias secundaria e incluso terciarias, como la deliciosa historia de la Monja Ensangrentada que, sólo de por sí, bien merecería un trono coronado en la historia de la literatura gótica.

Pero volvamos al Monje. ¿Qué pretende Lewis aparte de entretener y estremecer? Pienso que fundamentalmente se planteó denunciar la situación hipócrita de la Iglesia de la época y de sus pastores. Tan dura fue su crítica que Lewis debió suavizar, como antes dijimos, las posteriores ediciones de su novela, pues fue ocasión de un gran escándalo. Queda un poco fuera de las pretensiones de este blog, pero sería un buen ejercicio reflexionar sobre si tal crítica sería aún hoy actual.

Y, ¿por qué decimos que El Monje es una novela gótica? Bien, no caben dudas sobre la goticidad de esta novela, pues contiene las características básicas para ser catalogada como tal:

- Provoca "uncanny". El lector se mete en la novela y no puede evitar que un "regomeyo" le recorra la espalda cuando se imagina a Inés en su forzada prisión, cuando los poderes diabólicos facilitan el acceso de Ambrosio a Antonia, cuando se produce la quema del convento de Santa Clara, cuando se relata la historia de la Monja Ensangrentada... es, sin duda, una constante. ¿Qué me decís del espisodio de Inés en la catacumba, abrazada a su bebé muerto?
- La narración transcurre en enclaves propios del "goticismo", un monasterio, un castillo en el relato de la Monja Ensangrentada, un cementerio...
- Atmósfera de misterio y suspense, en particular, cuando descienden a la cripta, o en todo lo que rodea al monasterio.
- No faltan en los personajes unas emociones desbocadas, propias de la época.
- Sin duda, hay momentos claros de erotismo. Erotismo larvado, pues ya tuvo bastante Lewis con su crítica a la Iglesia como para vérselas además con este tema.
- El elemento sobrenatural que, no hablamos ya de un fantasma, un zombie o un vampiro... ¡chiquilladas! En El Monje será su Diabólica Majestad en persona: el demonio, cuyo protagonismo será habitual a lo largo de la novela.

Son innumerables los personajes en esta novela y recomiendo hacer la lectura acompañado de papel y lápiz. Algunos personajes aparecen con más de un nombre porque se disfrazan, son quien no dicen ser, pero después resulta que sí son, y tramas similares: Ambrosio, Antonia y tía Leonila, Lorenzo de Medina y Cristóbal -conde de Osorio-, Inés, Rosario -novicio que luego resultará que no es él sino ella, de nombre Matilde-, el Marqués de las Cisternas o Alfonso de Alvarado o Ramón, Elvira -madre de Antonia-, etc.

Recuerda a Anne Radcliff (los Misterios de Udolfo) por la introducción de cada capítulo con un poema si bien, a diferencia de la Radcliff, su prosa es más ágil y es por ello una novela que "suele gustar".

En fin, sin duda que es una novela muy recomendable, y más si estáis haciendo un estudio o lectura cronológica de la literatura gótica. Por cierto, que no se ha llevado mucho al cine, quizá por las dificultades de adaptación del guión. Existe una película francesa de 2011 que no está mal, si bien tiene un gran fallo desde mi punto de vista: Inés muere casi al principio y es un personaje fundamental en la novela: sin Inés no hay Abadesa, sin Inés la personalidad de Ambrosio queda modificada. ¡No puede faltar Inés!

Annabelle (2014)

Película de terror basada en el caso de la muñeca Annabelle, suceso investigado por los parapsicólogos  Ed y Lorraine Warren en 1970.

El caso

En 1970, una mujer le regaló a su hija, estudiante de enfermería y que compartía habitación con otra joven una muñeca de la marca Raggedy Ann. Sin embargo, a los pocos días empiezan a suceder extraños fenómenos: la muñeca parece moverse sola, aparte de hallar mensajes aparentemente sin sentido como Help us (Ayúdanos), You miss me? (¿Me echas de menos? ) o Save Lou (Salva a Lou), nombre del novio de la chica.

Aunque en un principio achacan lo sucedido a la broma de algún estudiante y deciden ignorar los sucesos, estos irán en aumento, por lo que acaban pidiendo los servicios de una médium que les informa de que dentro de la muñeca está alojado el espíritu de una niña llamada Annabelle Higgins, la cual les pide que la acepten como una más. Lou, el novio, "alucina" al ver como las dos estudiantes tratan a la muñeca como si fuera humana pero, al poco tiempo, tiene una pesadilla en la que alguien pretende estrangularle. Al despertar se encuentra con la muñeca a los pies de la cama y constata extrañado unas heridas superficiales que alguien le ha provocado.

La situación se agrava. Las estudiantes escuchan ruidos desde su habitación, pero no encuentran a nadie, por lo que deciden contactar con un cura el cual, a su vez, les remite a dos parapsicólogos, Ed y Lorraine Warren. Estos, a diferencia de la médium, afirman que no existe la tal Annabelle, sino que dentro de la muñeca mora un espíritu maligno que pretende poseer a Donna, la dueña de la muñeca, tras haberle dado permiso para que entrara en su vida. Finalmente optan por deshacerse de la muñeca y los Warren regresan a su casa (donde disponen de un museo) por carreteras secundarias para evitar posibles accidentes a causa del poder manifiesto que provoca que el motor de su coche llegue a calarse. Desde entonces ha permanecido en una urna de cristal dentro del museo familiar en Connecticut.

La película.

La película es una precuela de otra, "El expediente Warren: El Conjuro" y, de hecho, comienza con una secuencia en la que tres jóvenes son entrevistados por los parapsicólogos Warren para, a continuación, retrotraerse a un año anterior, en que un joven regala a su mujer, embarazada, una muñeca de época.

¿Clasificaríamos esta película de cine gótico o cine de terror? Si bien no existe unanimidad entre los
estudiosos acerca de cuándo clasificar una película de "gótica" (por cierto, prometo un artículo con mis opiniones al respecto), considero que esta película se clasificaría "simplemente" como cine de terror. Terror, eso sí, basado en "hechos reales", reales y, al parecer, contrastados. Decir, eso sí, que la película "asusta", pero sustos de esos de "saltar en la butaca" cuando la cámara gira bruscamente y aparece una sombra. Efectos de cámara, en definitiva, y no una historia siniestra y escalofriante, es lo
que nos lleva a hacer tal afirmación.

Por último, me llama la atención, tanto en la película como en el caso "real", la facilidad con la que un cura católico aconseja acudir a dos parapsicólogos "por la gravedad del caso". Pocos curas católicos conozco yo que tengan en tan gran estima a los parapsicólogos.

La ficha de la película, que tomamos de la web filmaffinity, es la siguiente:

Título original: Annabelle
Año: 2014
Duración. 98 min.
País: Estados Unidos
Director: John R. Leonetti
Guión: Gary Dauberman
Música: Joseph Bishara
Fotografía: James Kniest
Reparto: Annabelle Wallis, Ward Horton, Alfre Woodard, Eric Ladin, Gabriel Bateman, Paige Diaz, Tony Amendola, Michelle Romano, Brian Howe, Morganna May
Productora: Warner Bros. Pictures / Evergreen Media Group
Género:Terror | Sobrenatural. Muñecos. Spin-off. Años 70
Web oficial: http://annabellemovie.com/

lunes, 23 de febrero de 2015

Nueva edición del Taller de Literatura Gótica

Hemos comenzado una nueva etapa del Taller de Literatura Gótica y me parece una buena ocasión para retomar este blog en el que, entre otras cosas, pretendo precisamente publicar un resumen de las conclusiones a que llegamos cada semana en ese taller, así como un esbozo de las novelas que vamos comentando.

En la reunión del jueves 19 de febrero, recordamos las características de la novela gótica, si ésta existe como tal y las diversas etapas por las que ha pasado. Aunque ya publiqué en este blog algo al respecto, siempre es buena ocasión para recordar...

"Uncanny". Este es el término inglés que caracteriza una novela gótica y que nos puede dar la clave para determinar si una obra es gótica, de terror, de miedo, negra o policíaca. No existe en español ninguna palabra para expresar lo que se quiere decir con "uncanny"; si acudimos al diccionario de traducción online "wordreference." se nos traduce:


Principal Translations
uncanny adj (ability) (habilidad) sorprendente adj
                                          asombroso adj

Additional Translations
uncanny adj (un-natural)    extraño adj
                                 asombroso adj
                                 raro adj
                                 inesperado adj

Otros diccionarios, como el Oxford, nos traduce "uncanny" como "siniestro", "ominoso"

Y, con todo, pienso que no encontraríamos una palabra en español para representar lo que un inglés querría decir con "uncanny" porque a siniestro, le añadiría un matiz escalofriante.

Y esta es una característica esencial de la novela gótica: es "uncanny". El resto de características, que luego enumeraremos, se podrán dar en mayor o menor grado, o incluso no darse, pero si falta "uncanny" deberíamos sospechar sobre la "goticidad" de la novela en cuestión. "Uncanny" es casi algo físico, se nota en la piel... es, por así decir, estar leyendo El Resplandor, el Castillo de Otranto o Cumbres Borrascosas y sentir un escalofrío y cierto regomeyo que, a pesar del calor ambiental, te lleva a decir o pensar "tráeme la rebequita, que me la echo por los hombros, que estoy sintiendo frío". Eso es "uncanny".

La novela gótica surge a finales del siglo XVIII consecuencia, en gran medida, de la Revolución Francesa que terminaría con la época del racionalismo y marcaría el origen del romanticismo. El final de los tres estamentos -nobleza, clero, pueblo- propiciaría el acceso de la gran mayoría a la cultura y, en particular, de las mujeres. Y es que, sí, inicialmente fueron las mujeres quienes leerían -y en algunos casos escribirían- novela gótica. Es más, curiosamente, en Inglaterra, el acceso a la novela gótica se hizo popular porque comenzó a editarse por capítulos en folletines semanales con el nombre de "chapbooks", "bluebooks" o "penny dreadfuls".

Las características generales de la novela gótica, si seguimos a César Fuentes Rodríguez ("Mundo gótico") son las siguientes:

- la trama sucede en un castillo, caserón, abadía... se le da una gran importancia al elemento arquitectónico.
- Se desarrolla en una atmósfera de misterio y suspense. De "uncanny".
- Se suelen dar tramas familiares, desapariciones, sorpresas en el linaje de los protagonistas.
- Surge una profecía ancestral...
- Se producen hechos sobrenaturales o de difícil explicación lógica.
- Las emociones se llevan al límite. se desbocan, hay pánico, paranoias, desmayos, las damas se indisponen y deben permanecer en cama durante días...
- Erotismo larvado. Es decir, no explícito pero fácilmente detectable.
- Falacia patética, expresión que significa que los elementos naturales te predisponen a lo que a continuación va a suceder. Por ejemplo, cae la niebla y aparece un vampiro... se forma una tormenta y surge un fantasma...

Además, no debemos olvidar, que la novela gótica "bebe de las fuentes de los clásicos", por lo que no es infrecuente que aparezcan símbolos, como el laberinto o recurso a la mitología griega.

Distinguimos tres periodos en el desarrollo de la novela gótica:

1.  Etapa previa o los inicios, a finales del siglo XVIII. Destacan unas primeras novelas en las que comienzan a destacarse las caractarísticas antes comentadas: El Castillo de Otranto (Horace Walpole), Los Misterios de Udolfo (Anne Radcliff), El Monje (Matthew Gregory Lewis)...

2. Apogeo, que coincide con la pimera mitad del siglo XIX y grandes autores como E.T.A. Haffmann, Mary Shelley y su "Fankenstein", John Polidori y su "El Vampiro", Charles Maturin en "Melmoth el Errabundo", Edgar Allan Poe en "La Caída de la Casa Usher", "El retrato oval" o, especialmente, "Ligeia" y ¡oh sorpresa", Amily Brontë en "Cumbres Borrascosas" que, aunque no lo pareciera en principio, sí, debemos clasificarla como una novela gótica.

3. Ocaso, coincidente con el resto del siglo XIX hasta el final. Varios autores y no toda su producción sería gótica, por lo que hay que señalar obras puntuales, como "El guardavías" (Charles Dickens), "Carmilla" (Sheridan Le Fanu), "El extraño caso del Doctor Jeckyll y Mr. Hyde" (R.L. Stevenson), "El retrato de Dorian Gray (Oscar Wilde), "El gran dios Pan" (Arthur Manchen), por supuesto "Drácula" (Bran Stoker) o "Una vuelta de tuerca" (Henry James)

Estas serían las tres etapas de lo que propiamente estudiosos y académicos consideran "novela gótica". Pero claro, los que no somos estudiosos ni académicos, los que no queremos poner etiquetas a todo ni clasificar a las personas en "hetero", "bi", "homo" o "asexuales", los que, en definitiva, pensamos que es un error pretender dar prestigio a la cultura gótica ligándola al mundo universitario, nos planteamos ¿y qué pasa con novelas que "el cuerpo nos pide considerar como góticas" pero que han sido escritas en los siglos XX y XXI?

Pues no hay una respuesta única. Los puristas dirán que no, que no se puede hablar propiamente de "novela gótica"; los demás diríamos que, lo mismo que los góticos no mueren -aunque ya no vistamos de negro- tampoco la novela gótica est mort. Y, en consecuencia, si se siguen dando las características básicas -el uncanny- seguiríamos hablando de novela gótica, aunque esta no esté ambientada en un castillo o abadía sino en un hotel de las montañas de colorado o en una nave espacial. Podríamos citar así novelas como "The yellow Wallspaper" (Charlotte Perkins Gilmon), "El corazón de las tinieblas" (Joseph Conrad), las maravillosas historias de fantasmas de Algernon Blackwood, "El Castillo" o "El Proceso" de Kafka -con ciertos matices-, toda la obra de H.P. Lovecraft, "Rebeca" de Daphne du Maurier, "El resplandor", de Stephen King, "El nombre de la rosa" de Umberto Eco o, tomad nota y salid corriendo a la librería más cercana para adquirirlo (o bien no salgáis corriendo, pero adquirirlo online), "Matar un Vampiro", de Javier Herce.